La moda y los accesorios se convertirán en un estilo de vida antes que en una tendencia más, las compras serán cada vez más una experiencia emocional, donde las nuevas generaciones no solo buscarán un producto, si no que algo más. Así se plantea el futuro en el mercado.
Participar, hacer vivir experiencias, transmitir emociones positivas, hacer que el cliente y los empleados se sientan parte de un diseño más grande en el que todos pueden formar parte. Es decir, buscar siempre contenido y valores detrás de un producto. Y es que las jóvenes generaciones forman parte de este futuro, y son ellos los que buscan que tanto la moda como los complementos se conviertan en una manera de expresarse.
Otro punto clave también es el mundo digital. El futuro de esta cuestión reside en que incluso a lo tecnológico hay que buscarle la parte real, táctil y emocional. Esto conducirá a la búsqueda de emociones y experiencias que creen empatía también en el mundo digital, donde los consumidores comprarán según su estado de ánimo.
Entre la moda y los complementos, las joyas ganan en valor y es aquí donde el nuevo consumidor también buscará una historia, un significado más profundo del mero ornamento, algo que le da un valor intrínseco al objeto en sí y al usuario. El futuro consumidor presionará el acelerador para superará los límites actuales de producción y diseño y buscará alternativas ecológicas y amigables con el medio ambiente para el mundo de los materiales y las cadenas de producción. Este concepto se ha denominado «consumo limpio» y tiene por objeto subrayar la inteligencia emocional del cliente del futuro, que hará que cada vez se tomen decisiones más éticas y sostenibles. Por eso, los materiales cambiarán, ya no será solo su valor para dar valor a la joya, sino que habrá más y más materiales de nuevo uso y creación que interesarán a las generaciones futuras y que se unirán a los clásicos «preciosos«.
Sin embargo, la parte estética seguirá siendo un componente fundamental, en paralelo, al uso y atención de todo lo que es la salud subjetiva de la sociedad. Las nuevas generaciones tienen una visión optimista del futuro, reescribiendo sin embargo las reglas del lujo y el consumismo a su manera y sin prestar tanta atención solo al objeto. Vivimos en un mundo digital que cambia de manera rápida y continua, donde la moda es invadida por el diseño y donde el cambio real reside en la capacidad de las empresas para relacionarse con los consumidores y el futuro de una manera diferente, reescribiendo las reglas del lujo y la producción en comparación con el pasado.
Todo estará conectado con el consumidor final a un nivel cada vez más personal, y en un sentido más amplio a un nivel puramente social y ambiental, como una especie de «altruismo activo«, pensando en el proyecto y su realización de una manera más inteligente y consciente.
El apoyo al activismo de sus consumidores será un elemento clave para el éxito de la marca, ya que los futuros clientes no solo verán el producto, sino también la imagen general, a menudo comprando objetos y accesorios de forma más consciente que pueden tener una duración.
Por lo tanto, las marcas deben tener un ojo en los conceptos de regeneración o reutilización de lo que ya existe. El pasado sigue siendo un componente importante, pero en el futuro se está prestando cada vez más atención al valor del tiempo y al buen desempeño en el propio tiempo.
-Giuseppe Sala, Andrea Illy e Stefano Boeri en Next, conferencia internacional de diseño y creatividad-