Dos de los tres implicados se han sentado en el banquillo para declarar, ya que el tercero sigue en paradero desconocido.
Los dos acusados por el juicio del joyero de Carmona ya se han sentado en el banquillo. La Audiencia Provincial de Sevilla acogió en la mañana de ayer el inicio del juicio por el jurado popular a dos hombres de origen rumano acusados del atraco y posterior presunto asesinato De Francisco, joyero de Carmona, que perdido la vida en su joyería el pasado verano de 2018.
Según la Fiscalía, los hechos se llevan a cabo a través de un «plan» planificado entre tres personas para llevar a cabo el atraco en dos partes. Por un lado, fingir llevar un reloj a reparar a la joyería con el objetivo de ganarse la confianza de Francisco, quedando en volver otro día a dicha joyería. Finalmente, los acusados acuden el 6 de agosto de 2018 de nuevo a la joyería y, mientras uno de los enjuiciados se quedó fuera, los otros dos acusaron llegaron a la joyería y llamaron al timbre; una vez dentro ya sabemos que ocurrió. Además del asesinato a Francisco, los acusados se apoderaron de joyas y otros objetos, así como de 5.859 euros en efecto.
Dos de estos tres implicados se han sentado en el banquillo, ya que el tercero sigue en paradero desconocido. Tal y como cuenta el diario NIUS, el primero en declarar ha sido el presunto autor del rodillazo que propició la muerte de Francisco y, según su testimonio, «él no participó en la agresión al comerciante, sino que fue su compañero fugado, el mismo que, asegura, les propuso dar el golpe en la joyería«. «Yo me encargué de robar las joyas, mientras que el otro fue el que agarró y maniató al joyero”, afirmó durante el juicio.
El acusado ha declarado que sólo le dio un empujón hacia el final del atraco, y que “no recuerdo si le di un rodillazo en la cabeza”. Ha reconocido que consumió cocaína aquella tarde, y ha terminado pidiendo perdón a la familia del fallecido.
El otro implicado aclara que “todo fue muy rápido, y no me dijeron nada de cómo habían dejado al joyero”, antes de derrumbarse y pedir perdón a los familiares de Francisco entre lágrimas.