El desplome de Baselworld es evidente. La famosa cúpula abierta quedará como el símbolo de la arrogancia que se llevó el cielo negro, una metáfora de la Torre de Babel. Mientras su organización se limita a plañir con sorpresa.
“Por qué te vas” entona Baselworld. Como en la canción de Jeannette: “Todas las promesas de mi amor se irán contigo, me olvidarás, me olvidarás”. Así “con gran sorpresa e igualmente gran pesar, MCH Group toma nota de la cancelación de los principales expositores en Baselworld”, indicaba el comunicado de prensa remitido por la organización de la feria de Basilea ayer tarde. Ello tras hacerse público que Rolex, Patek Philippe, Chanel, Chopard y Tudor abandonaban Baselworld.
Grupo Duplex se puso en contacto ayer noche con el departamento de prensa del salón helvético para vehicular la pregunta consabida que también nos transmitieron nuestros lectores: ¿Que pasará ahora con las pequeñas marcas, de relojería y joyería, conectadas a Baselworld? Respuesta: «Concerniendo a su pregunta, en las próximas semanas MCH Group tomará una decisión sobre la continuidad de Baselworld y sobre las inversiones para su desarrollo a largo plazo».
Lo cierto es que las “patas” sobre los que se sustentaba Basel han dejado de ser eso, «patas», y el desplome de la famosa cúpula abierta al cielo, más que evidente. Ginebra ha ganado este primer round, que puede ser también el último. Muchos ya vaticinaban que llegaría este día. “Bye, bye, Baselword, con permiso de García Márquez, era ‘La Crónica de una muerte anunciada’. R.I.P. Baselword”, compartía con nosotros un lector.
Un día antes a que saltara la noticia habíamos hablado con Javier Tort, que fue director de Joyex durante muchos años y desde los 80 un asiduo a Baselworld. Como muchos recordarán, Joyex era la asociación de joyeros exportadores surgida a raíz de la necesidad de coordinar con la Administración las ayudas destinadas a la industria joyera y relojera española. ¡Aquellos felices años…! Se acabaron las subvenciones, Joyex dejó de tener razón de ser.
Javier, con quien tuvimos el placer de dialogar una vez recuperado del COVID-19, era tajante al respecto: «Mi opinión de los suizos no es demasiado buena. Arrogantes, y siempre han tratado con desprecio a las empresas. Yo lo he vivido en los comités de expositores de Baselworld todo el desprecio a la joyería comercial industrial. Incluso he llegado a a escuchar a François Thiébaud decir que había que sacar los pabellones nacionales, porque eran auténticos ‘guetos’, y expresó esa palabra exacta”. Thiébaud, presidente de Tissot, ostentó muchos años, a su vez, la presidencia del Comité de Expositores Suizos de Baselworld.
Y ahora este tirón de orejas mayúsculo -y compatriota- con el que la Fondation de la Haute Horlogerie (FHH) ha regalado a la petulancia de Baselworld, y que tiene su mejor estampa en el rígido porte de su actual director Michel-Loris Melikoff, que sustituyó a Silvia Ritter en julio de 2018. Cuando ya el barco hacía aguas. Ahora, con él ya hundido, igual se mantenga igualmente envarado sobre el casco boca abajo, mirando al horizonte…
El comunicado oficial ofrecido ayer por Baselworld ni siquiera contenía su nombre, ni declaraciones. Evidencia que el revés les ha cogido por sorpresa y sus declaraciones poseen un intenso sabor a traición: “Nunca se mencionó la intención de mudarse a Ginebra -indican sobre las conversaciones mantenidas con sus socios en el comité-. Por lo tanto, el Grupo MCH debe concluir que los planes relevantes han estado en preparación durante algún tiempo y que las discusiones sobre los arreglos financieros para la cancelación de Baselworld 2020 ahora se presentan como argumento”. Recordemos que sin feria, sus organizadores se reservaban el 85% para la próxima edición 2021, y el resto, 15%, como compensación a sus “sufrimientos”.
“Estamos todos juntos en esto y es por eso que estamos comprometidos a apoyar a nuestros expositores de la mejor manera posible en estos tiempos turbulentos”, decía por entonces Melikoff, y más de uno pensó en la llamada vergüenza ajena. En fin, tiempos difíciles a los que los suizos tampoco son ajenos. Y entre los que se rebusca la tabla salvavidas de la digitalización. Pero, en estas quizá propuestas de feria virtual, la cúpula quedará como el símbolo de la arrogancia que se llevó el cielo, una metáfora de la Torre de Babel. Y nos atestigua que este 2020 nos está volviendo el patio del revés, recordándonos un día tras otro que la soberbia es el mejor camino para nuestra autodestrucción. Y Baselworld no es ajena a ello. Estaba claro. «Era cuestión de tiempo…», nos despide así Javier Tort.
© Foto: MCH Group. Cortesía de Baselworld