Es el relojero oficial del Ayuntamiento de Barcelona y, entre las piezas que tiene a su cargo, destaca el reloj de la Catedral de la Ciudad Condal.
Bartumeu Rocabert es de los pocos relojeros que existen en España especializados en relojes grandes de fachada, tanto los clásicos de campanario como de edificios oficiales o de empresas. Él reconoce que es un oficio casi en peligro de extinción. No es una especialidad que se aprenda en la escuela. De hecho, Bartumeu Rocabert heredó el oficio de su tío, pero ve difícil la continuidad familiar. Bartumeu Rocabert es en la actualidad el relojero oficial del Ayuntamiento de Barcelona y, entre las piezas que tiene a su cargo, destaca el reloj de la Catedral de la Ciudad Condal, donde hemos tomado esta foto.
¿Como se definiría profesionalmente?
Soy un relojero “industrial”, especializado en relojes grandes de fachada, campanarios, empresas, es decir, los relojes más voluminososos.
¿Cómo llegó a este oficio?
La verdad es que empecé desde pequeño en una empresa familiar en que ya se trabajaba con estos relojes. Cuando mi tío se jubiló, me puse por mi cuenta y continúe lo que hacía.
¿Hay muchos como usted?
Hay muy pocas empresas, por eso somos bantantes conocidos y colaboradores entre nosotros, Fuertes… seremos cinco o seis.
¿Cómo ha ido evolucionando este mundo?
Como en todos los sectores económicos, cuando hay crisis se nota pues es una cuestión estética, Si hay menos presupuesto, los arquitectos no los incluyen en sus planos, a pesar que dan categoría a un edificio público.
Usted es el relojero oficial del Ayuntamiento de Barcelona…
Sí, me encargo de todos los relojes que dependen del Ayuntamiento, desde el instalado en el edificio que lo alberga hasta el de la Catedral de Barcelona o el de Santa María del Mar… En Barcelona son unos 50 relojes públicos, pero hay muchos más.
¿Pero los relojes de edificios religiosos dependen del ámbito público?
En la mayoría de parroquias depende del Ayuntamiento el mantenimiento del reloj para el toque y la información horaria, pero no religiosa, como pueden ser las campanadas de difuntos.
Además de los de Barcelona, ¿cuántos relojes cuida?
Tengo muchos clientes, pequeños y más grandes a los que les hago el mantenimiento, incluyendo más pueblos de Cataluña, empresas…
¿Empresas?
Sí, por ejemplo soy colaborador de Seiko y ahora he arreglado por su encargo el reloj de A Pobra de Trives, en Orense. Antes me dediqué a montar relojes para la marca cuando esta daba la hora en los aeropuertos.
¿Y cómo se articula su trabajo?
Cuando son relojes mecánicos, como ocurre con el actual de la Cate- dral, que data de 1800, cada semana hay que ir a engrasarlos, equilibrar las pequeñas variaciones o realizar el control de sus piezas. No es o mismo que un reloj electronico de cuarzo, sincronizado vía radio o satélite. Estos funcionan como una central horaria computada y necesitan solo un engrase al año. Los relojes mecanicos más antiguos son los más complicados. Mi tarea es que estén siempre en marcha y rectificar sus desfases.
Y si se rompe una pieza, ¿hay recambio?
La mayoría de las veces no. Hay reparaciones complicadas; hay que desmontar para acceder a la pieza rota o que no funciona y luego hacerla manualmente. Algunas las hago yo mismo y otras he de recurrir a colaboradores si es necesario un torno muy grande.
¿Y cuánto tarda en un revisión normal?
En engrasarlo y ajustarlo, si todo va bien, media horita. Es decir, unos 30 minutos en una revisión normal. Pero depende también si hay una avería… no hay un horario fijo.
Se ve un trabajo delicado…
Sí, aparte con uno como el de la Catedral, que si se desfasa deja a todo el Raval sin la hora justa. Esta es la “joya de la Corona” que sustituyó al reloj mecánico de 1500 que marcaba la hora oficial en toda Barcelona, Este se desmontó, reconstruyó y se volvió a montar. Está en el Museo de Historia de Barcelona. Es un reloj enorme, de dos por dos metros. Piense en la importancia que tuvieron en su día. Ahora marcar la hora oficial, ya no es tan oficial…
¿Se producen muchos desfases?
Depende, pero un minuto es lo más normal. O en un cambio de tiempo puede variar hasta cinco minutos. Si suben o bajan mucho las temperaturas, se adelantan o atrasan. Otras factores que influyen son las tormentas, ya que las campanas son conductoras. Cuando un rayo cae en un campanario y hace saltar un diferencial o quema alguna cosa… En este caso, los que mejor aguantan son los mecánicos, pues los electronicos no dejan de ser como un ordenador.
¿Tiene alguna anécdota que no olvidará en la vida?
Una vez me cayó un rayo en un campanario, y me dio un susto de muerte. Fue en Castellar del Vallès, estaba haciendo la revision y no estaba ni lloviendo. De golpe empezó a gotear y cayó un solo rayo, tan fuerte que incendió toda la instalación eléctrica y la iglesia quedó a oscuras completamante. Desde entonces, cuando hay tormentas, miro de no subir o marchar cuanto antes si estoy en un campanario.
¿Se quedaría usted con algún reloj en concreto?
Todos los relojes tienen su historia y su parte simpativa. Cada uno es distinto. Los tengo repartidos por toda Catalunya y todos tienen su encanto.
Entrevista publicada en Contraste.
existe actualmente un reloj en la catedral de barcelona
muchas gracias