La semana pasada un robo a mano armado ocurría en una de joyería de Gijón, Asturias. El delincuente apuntó con una pistola a la dependienta y le exigió que le diese el dinero de la caja. Aunque la dependiente pasó el peor minuto y medio de su vida, el atraco no concluyó con éxito para el ladrón.
La semana pasada, cuando A.F. estaba trabajando por la tarde en la joyería Dama, situada en la Avenida Argentina de la localidad asturiana, un hombre encapuchado y con gafas de sol entró al local y le encañonó con una pistola. La reacción de A.F. fue meterse en el almacén y con la puerta entreabierta pedirle que bajase la pistola. La conversación derivaba entonces en una negociación donde él le pide el máximo dinero posible y ella le responde que solo se lo dará si se aparta.
A.F. sabe que la única manera de pulsar el botón de seguridad que avisa a la Policía es alejar al atracador del mostrador. Tras varios segundos de tira y afloja él cede, da dos pasos atrás y guarda el arma. La dependienta aprovecha ese momento para timbrar, pero con la mala suerte de que el interruptor de alarma se bloquea. Según explica a este diario A.F., el botón queda atascado y no puede dar el aviso.
El delincuente le exige que le de todo el dinero posible. «¡Dame más, sé que tienes más!», insiste. Pero sus gritos advierten a una mujer en el exterior, que se asoma al local para preguntar qué ocurre. El delincuente decide entonces limpiar con la manga de su chaqueta el mostrador y huir.
La Policía Nacional está utilizando el visionado de las cámaras de seguridad de la joyería para identificar al hombre. Según fuentes cercanas a la investigación, el individuo ronda los 40 años, es de origen español y no tiene mucha experiencia en robos como demuestra su «modus operandi».
Fuente: ABC