Argyor pone el foco en un tipo de joyería muy desconocido, sin duda alejado de la atención mediática.
Argyor, la firma de Zaragoza, mantiene su empeño en mostrar cómo el regalo corporativo puede sorprender y brillar, con sus metales preciosos, entre opciones más modernas y estandarizadas, muchas veces carentes de valor.
El oro y la plata, como lo clásico y lo bien hecho, no pasan de moda.
Recién celebrado el día de los Joyeros (1º de diciembre, San Eloy), Argyor pone el foco en un tipo de joyería muy desconocido, sin duda alejado de la atención mediática, pero con características muy atractivas que merecen ser reconocidas.
Por ello, dentro de un plan de acción para relanzar su división de joyería corporativa, Argyor ha renombrado dicha división como Joyería de Identidad, a la vez que crea una web específica, que se presenta ahora.
Conscientes de que la especialidad más conocida de la firma son las alianzas y otras joyas de boda, los creadores de Argyor han otorgado así visibilidad propia a las joyas realizadas durante décadas para entidades de todo tipo, desde gobiernos y entidades públicas, pasando por clubes deportivos o cofradías, hasta empresas de distintos sectores y tamaños.
Cada encargo es personalizado, y la variedad de clientes hace difícil sintetizar en dos palabras los trabajos que se realizan. Pero todos tienen en común dos cosas: valor (Joyería) y sentimiento de pertenencia (Identidad). Y cuando se juntan ambas sólo pueden salir piezas exclusivas, cargadas de artesanía y del alma del cliente.
Es una inmejorable manera de atesorar y compartir la historia y los valores de cualquier colectivo.
