Espaijoia ha sido la primera experiencia comercial de Amaia Biain que tras estudiar Periodismo decidió hacerse joyera. Se decantó por un salón porque “ahora mi objetivo es darme a conocer en el sector y que mis piezas puedan estar a la venta en las tiendas. Por eso he apostado por una feria especializada adonde acuden minoristas. Además, me ha servido para conocer a gente estupenda, intercambiar opiniones y poder explicar mi trabajo. Me ha gustado que la gente toque las piezas, se las pruebe y juegue con ellas. Me hace muy feliz”, explica. La verdad es que es maravilloso que gente ajena a la joyería sienta, de repente, un flechazo por ella, y se esfuerce no solo por aportar algo nuevo y diferente, sino también por valorar el oficio en su medida. En su trabajo, mezcla en sintonía el oro y la plata con materiales más tecnológicos como la fibra óptica, el metacrilato o el nylon.
-Por Petra Marín, redactora jefe de Contraste-
El gusto por investigar y mezclar sin complejos
¿Cuál es tu formación inicial? ¿Tenías a tu familia relacionada con la joyería?
Estudié Periodismo y desde los 20 años he trabajado en prensa escrita y publicidad. Mi familia no tiene nada que ver con la joyería y con 18 años ni siquiera sabía que existían estos estudios. Lo más cerca que estaba de la joyería era mi afición por hurgar en el joyero de mi madre. De adolescente era un poco hippy y me gustaba ponerme todos sus collares. Aún guardo con mucho cariño una llave de plata de fili-grana y una ágata preciosa engastada en plata, muy setenteras las dos piezas.
¿Y cuándo y por qué te decantas por la joyería?
Recuerdo con mucho detalle el momento en el que decidí que mi camino pasaba por aquí. Estaba leyendo una revista en la playa cuando descubrí a Arielle de Pinto, una artista canadiense que tejía cadena y hacía unos collares maravillosos. Fue lo que se dice un flechazo, y mira que no soy muy impulsiva, pero esto lo vi claro. Le pedí un ganchillo a mi madre y en mis ratos libres ahí estaba, dale que te pego, haciendo collares. Sabía que si quería seguir en esto tenía que buscar mi propio camino, una manera personal de expresarme, pero estos collares sin duda despertaron en mí el gusanillo.
¿Cuál es tu concepto de la joyería? ¿Lo tienes claro?
Esta parte es fundamental. Como mejor me expreso es a través de la joyería, creo que las piezas que realizo son un reflejo de mi personalidad, de mis miedos y deseos. No entiendo la joyería de otra forma. Las modas y tendencias están muy bien de cara a las ventas, pero es algo secundario.
¿Y qué quieres transmitir con tus creaciones al consumidor?
Autenticidad, diseño y diversión. Creo que estos son los pilares de mi trabajo. Todas las joyas que diseño y fabrico me las pongo antes, nunca haría nada que no me guste.
-La entrevista completa en Contraste–